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Pescanova, a la deriva: debe pagar 500 millones en tres años
¿Por qué una compañía que se había revalorizado en lo que llevamos de año un 24%, que era una clara recomendación de compra, que había obtenido un beneficio neto de 29,4 millones en los nueve primeros meses del ejercicio y que había cerrado en noviembre con éxito una ampliación de capital de 125 millones, presenta preconcurso de acreedores?
Ese es el gran interrogante alrededor de Pescanova, el gigante de los congelados gallegos que pidió el viernes cuatro meses de plazo para negociar con la banca y evitar así la antigua suspensión de pagos. El problema de fondo es que se enfrenta en tres años a vencimientos de deuda por valor de 500 millones de euros -estos compromisos suponen más del 60% del total de la deuda financiera- y que la banca se negó a llevar a cabo una reestructuración.
Fuentes financieras consultadas por este periódico aseguran que el barco empezó a zozobrar después de la negativa del Banco Popular y Novacaixagalicia, algo que ambas entidades han desmentido tajantemente, insistiendo en su confianza en la viabilidad de la empresa presidida por Manual Fernández Sousa. El primer acreedor financiero del grupo es, no obstante, el Sabadell, con 200 millones; seguida por Novacaixagalicia y La Caixa con 150 millones cada uno y por el Popular con otros 100 millones más.
El año pasado la empresa cubrió de sobra sus vencimientos, por importe de unos 200 millones de euros, gracias a la ampliación de capital y a una emisión de bonos de otros 160 millones de euros. Pero ahora la situación es distinta. Necesita la refinanciación y la banca, sobre todo la nacionalizada, como es el caso de Novacaixagalicia, no está dispuesta.
Compromisos en 2013
Los vencimientos de deuda para el presente ejercicio son los más bajos del trienio al tener que hacer frente a poco más de 114 millones de euros, pero a partir de 2014 se inicia la marejada, con compromisos de pago durante los dos años siguientes por 380 millones de euros.
Pescanova tiene en total compromisos con bancos y cajas por un importe de 830 millones de euros y el problema es que a esa cantidad hay que añadir deudas con los acreedores comerciales por otros 492 millones más. Todo eso con un EBITDA (resultado bruto operativo) en el último ejercicio, a falta de las cuentas de 2012, de 183 millones de euros.
Hipotecas
Uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta el grupo es que tiene además hipotecada parte de su flota y de sus instalaciones industriales. Según consta en los documentos remitidos la CNMV, existen pignoraciones por un importe de 86 millones de euros para hacer frente a los créditos, fundamentalmente a largo plazo.
A falta de que se publiquen las cuentas del pasado ejercicio, el valor en libros de los barcos en 2011 era de 295,4 millones y el de las fábricas de otros 101,4 millones más.
La estrategia pasa ahora por la venta de activos, fundamentalmente la cría de salmón en acuicultura que lleva a cabo a través de su filial Pescachile. El retraso a la hora de materializar esa operación es, de hecho, una de las razones que le impidió afrontar los vencimientos.
Lo logre o no, el hecho es que el preconcurso de acreedores de la alimentaria gallega ha pillado totalmente por sorpresa a los inversores. Tras dos días suspendida de cotización, hoy la empresa gallega ha regresado al parqué una hora después de la apertura de la sesión bursátil. Pescanova marcó un primer precio de 3,6 euros y se anotó caídas de más del 40%.
Ayer, Pescanova tuvo que esperar ayer al cierre para poder cruzar las órdenes de compra y venta y poder marcar un precio. El valor cayó tras la subasta a las 17:37 horas un 60% -tras haber entrado durante el día en subasta de volatilidad- que dejó el precio de la acción en los 6,96 euros después de negociarse 81.000 títulos.
La incertidumbre sobre el futuro de la compañía provocó una oleada de ventas en un valor que contaba con una de las recomendaciones de compra más sólidas de la bolsa española y con un potencial alcista de más del 20%, hasta los 21,10 euros.
Uno de los factores que motivaba toda esa avalancha de mejoras en las expectativas de la compañía era su capacidad para reducir endeudamiento. Para este ejercicio, los expertos situaban la deuda neta de la compañía en 685 millones, frente a los 725 millones previstos para 2012, lo que suponía 3,11 veces su EBITDA. Las previsiones apuntaban a que el año que viene pudiera reducir su apalancamiento hasta las 2,7 veces. Eso teniendo en cuenta que casi una cuarentena de valores del Continuo presentarán este año un apalancamiento de más de tres veces, encabezado por las inmobiliarias.