Después de Caja España-Duero y Liberbank hayan ofrecido depósitos por sus preferentes, hoy le ha tocado a Sabadell. El banco propietario de CAM ha decidido lanzar una oferta de compra para los tenedores de preferentes y deuda subordinada de la antigua caja de ahorros alicantina. Se propone canjear 1.630 millones de euros: 321 en deuda subordinada y el resto, en preferentes emitidas entre 2001 y 2009.
La operación, que permitirá a Sabadell incrementar su capital, de entrada, no resulta ventajosa para el inversor, siempre y cuando se mantengan los actuales precios de mercado.
Según las condiciones establecidas por la entidad que preside José Oliu, una inversor que hubiera comprado 100.000 euros en preferentes o deuda subordinada de la CAM recibirá el 100% de la inversión nominal, siempre y cuando destine ese dinero a la compra de acciones de Sabadell. La mala noticia es que adquirirán las acciones a 2,3 euros, de manera que el ahorrador recibirá unas 43.500 acciones valoradas en poco más de 61.000 euros si se toma como referencia los 1,403 euros del cierre de hoy. De entrada, las pérdidas latentes serían por tanto del 39%.
La manera de compensar las minusvalías que propone el Sabadell es ofreciendo una rentabilidad del 6% anual durante cuatro años. Es decir, pasado ese tiempo el inversor que haya mantenido sus acciones habrá recibido un 24% del valor nominal de la inversión en preferentes original (100.000 euros). El pago se realizará trimestralmente, si bien está condicionado a que se mantengan las acciones durante esos cuatro años.
Así, para una inversión en preferentes de 100.000 euros, el inversor recibirá a lo largo de los próximos cuatro años 24.000 euros más en intereses. Una vez concluido el plazo, el ahorrador pasará a tener unos 85.000 euros (acciones valoradas en unos 61.000 euros según su cierre de hoy más los intereses), lo que supone un 15% menos que la inversión nominal.
No obstante, el dinero que finalmente recibirán los ahorradores está condicionado totalmente a la evolución en Bolsa del Sabadell en los próximos cuatro años. Si las acciones continúan cayendo, la perdida podría llegar a ser mayor. Por supuesto, también puede darse la situación inversa: que las acciones se revaloricen, lo que abre la puerta a que recupere toda la inversión inicial e incluso se obtengan plusvalías.
Los ahorradores también pueden vender las acciones en cuanto las reciban, con lo que conseguirán liquidez inmediata, pero no recibirán los intereses durante esos cuatro años.