. La consejera de Bienestar Social y Vivienda ha anunciado esta mañana su dimisión como consejera de Bienestar Social y Vivienda en el Gobierno del Principado de Asturias, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. "No quiero ser un obstáculo", ha dicho, antes de lamentar que haya sido sometida a un "escarnio público". "Podré haberme equivocado, pero no soy una corrupta", ha afirmado.
Díaz ha comparecido a las 09.00 horas de la mañana en la Junta General
para aclarar su participación de casi el 20 por ciento en Davelco, una
empresa familiar que ha suministrado material de obra a varias constructoras con adjudicaciones por parte de la Administración. Esther Díaz ha anunciado que deja el cargo cansada de los ataques a su familia.
Durante su comparecencia ha relatado los contrataciones y los importes de dichas contratos con las administraciones y ha defendido en todo momento la legalidad de sus actos. "Nunca intermedie, presioné ni favorecí a empresas adjudicatarias de licitaciones de las administraciones públicas. Saben que eso no lo puedo probar - de ahí la perversión de la inversión de la carga de la prueba- pero de lo que estoy segura es que nadie, absolutamente nadie puede afirmar lo contrario", ha señaldo
Al final de su comparecencia, antes de dar paso al turno de preguntas de la oposición, la consejera ha anuciado su dimisión y ha explicado los motivos. "No quiero ser un obstáculo, quiero dejarles trabajar para que decidan sosegadamente, sin especial prisa por cobrarse ninguna pieza", ha afirmado.
"Señorías, les anuncio que presentaré de inmediato mi renuncia al presidente del Gobierno de Asturias. Renunciaré a mi cargo de consejera de Bienestar Social y Vivienda en el Gobierno de Asturias y, con él, al compromiso político y la ilusión personal que había puesto en ejercerlo. Digo adiós a todo esto con frustración, con dolor y con el único consuelo de salir con la cabeza alta de la consejería, y de poder mirar a los ojos a mis vecinos, porque, reitero ni soy una corrupta, ni he robado, ni utilicé mis cargos en beneficio de empresa alguna, en esos chacos encontrarán a otros; a mí, jamás", señaló para terminar su discurso.
La consejera ha hecho especial hincapié en la repercusión que ha tenido el caso en su entorno familiar. "No soy yo sola la que está sometida a este vilipendio. También está mi familia. Estoy segura de que me sería más fácil resistir tanta miseria si la presión sólo recayese sobre mí. Resultaría mucho más difícil cobrarse esta pieza. Pero también estoy segura de no poder soportarlo si la insidia alcanza a mi familia día tras día.", ha afirmado.
Díaz asegura que pidió tanto al Gobierno como al partido que dejasen que ella se defendiera por su cuenta. Sea por ese motivo o por otro,
los dirigentes socialistas han permanecido callados desde que se inició la polémica. Eso sí, destacados líderes de la formación consideraban en privado, que Díaz era objeto de una campaña de desprestigio por parte de Foro Asturias. Estos altos cargos del PSOE achacaban los ataques a la consejera a una venganza por las críticas de Javier Fernández a Francisco Álvarez-Cascos en el último Debate del Estado de la Región, cuando el presidente sacó a relucir las relaciones del líder de Foro con el caso Gürtel y los papeles de Bárcenas.
Davelco, la empresa que administra el marido de la consejera, ha actuado como proveedora en obras como la construcción del nuevo Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA), la ampliación del puerto gijonés de El Musel, la edificación del geriátrico del Montepío de la Minería en Felechosa, el soterramiento de las vías de FEVE en Langreo o la construcción del estadio de esta localidad, por citar algunas.
Los dirigentes del PSOE consultados por este diario consideran que la participación de Díaz en Davelco no supone ninguna ilegalidad, aunque coinciden en que podría ser cuestionable desde el punto de vista ético, en un contexto de máxima sensibilización social en relación a las actividades de los cargos públicos.
La Nueva España