Viajar, alojarse, vestirse, incluso mandar paquetes... La sociedad consumista nos empuja a pasar por caja cada vez que queremos algo. Pero no tiene por qué ser así o, por lo menos, no como hasta ahora. En la Red proliferan iniciativas, tanto empresariales como ciudadanas, que permiten crear redes para consumir de forma diferente.
Consumir ya no es lo que era. ¿Necesita desplazarse por trabajo u ocio? Una de dos, o se compra un coche o viaja en transporte público. Pero ahora hay una tercera alternativa: se pone en contacto con un particular que vaya a realizar ese mismo trayecto con su vehículo y, a cambio de la suma que acuerden, comparten coche hasta el destino. Lo puede hacer gracias a plataformas como la popular Blablacar, que conecta conductores con pasajeros. Como esta, hay otras páginas que permiten desde tener alojamiento en vacaciones al clásico trueque.
Hay que tener en cuenta que estas plataformas, en su mayoría, no se hacen responsables de los problemas que puedan surgir. Las páginas web indican que su función solo es poner en contacto a particulares, y es en ese ámbito en el que cualquier conflicto ha de resolverse. Por tanto, están fuera de la legislación de protección al consumidor. Sin embargo, el consumidor sí puede exigir que estas plataformas, si se lucran de algún modo, ofrezcan una información fiable.
Más información y aplicaciones de consumo colaborativo aquí:
http://laeconomiadelosconsumidores.adica...ex.php?articulo=2266