Al principio fue el apagón analógico de 2010, la primera antenización, los aparatitos decodificadores... Tras el primer desembolso, un periodo de estabilidad que hacía pensar que la televisión digital terrestre no daría más guerra. Nada más lejos; una nueva reantenización el año que viene obligará a los consumidores a pasar por caja otra vez.
La nueva reantenización televisiva obligada por el Gobierno el próximo año implicará un nuevo desembolso económico para los consumidores. Se trata de la migración del actual espectro digital, la actual TDT, que se trasladará a otra banda distinta para dejar espacio para las tecnologías de nueva generación telefónicas y de internet. El coste de esta resintonización iba a ser costeado por el Estado, pero al final serán los consumidores quienes deban pagarlo.
La situación crítica por la que atraviesan las arcas públicas ha propiciado que el Gobierno ‘subvencione’ sólo 45 millones de euros y haya gastado ya esos 1.800 millones recaudados. Esas subvenciones podrán ser pedidas por las comunidades de vecinos con cargo al Ministerio de Industria. Pero el resto del coste de la reantenización, alrededor de 500 millones de euros, irá a cargo de los usuarios; cada familia pagará, de media, unos 20 euros, en unos cálculos estimativos que varían según las fuentes. Hay quien dice que es impredecible ese coste.
A la mayoría de las familias españolas les bastará con resintonizar sus televisores para captar la señal de los canales que cambien de frecuencia. Pero aproximadamente 1’2 millones tendrán, además, que llamar a un antenista para que cambie de orientación la antena de televisión. Según precios de mercado, la reorientación de una antena de televisión cuesta entre 100 y 500 euros, dependiendo de los equipos instalados, de si hay que instalar más cables... En todo caso, en 2015 la TDT le habrá costado a cada televisor, como poco, 50 euros. Como mínimo. Por un servicio, en teoría, gratis.
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