La deuda de Estados Unidos superó en diciembre el máximo permitido y sigue sumando números rojos por encima de los 16,4 billones de dólares (12,6 billones de euros). El Tesoro aún no ha suspendido pagos por una triquiñuela contable, pero estará obligado a hacerlo si el dividido Congreso no pacta para subir el techo legal en febrero.
El presidente Barack Obama asegura que no ligará la negociación de los recortes del gasto que tienen que pactarse antes del 1 de marzo con la modificación del umbral de deuda. Pretende evitar que el trámite se convierta en un drama político como el de esta Nochevieja. O como el del verano de 2011, cuando la falta de acuerdo para subir el techo legal estuvo a punto de llevar a Estados Unidos a la suspensión de pagos y provocó la bajada de la calificación de la deuda por parte de Standard & Poor’s. Pero varios líderes republicanos, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes, ya han asegurado que utilizarán el umbral como arma de presión.
La solución, al menos en teoría, puede estar en una moneda. Una que valga, por ejemplo, un billón de dólares (unos 770.000 millones de euros) para pagar parte de las deudas y alejarse del máximo por un tiempo. La Reserva Federal es la encargada de imprimir dinero, pero, según la ley, el secretario del Tesoro puede "de vez en cuando" acuñar monedas de platino con la denominación que considere apropiada.
En julio de 2011 un inversor sugirió en su blog 'Pragmatic Capitalist' que ésta era una de las opciones para que el presidente evitara la batalla con el Congreso. Este diciembre, el analista Chris Krueger, del Washington Research Group, volvió a resucitar la idea. "Es la opción más legal", explicaba en un blog del conservador American Enterprise Institute. "El presidente puede depositar las monedas en la Reserva Federal, que las puede transferir después al Tesoro para que pueda pagar sus cuentas y así evitar la suspensión de pagos", explicaba Krueger. Aunque la opción es posible y legal, también destacaba que "como poco, los efectos en los mercados de divisas y en la inflación no están claros" y que el movimiento desencadenaría querellas de futuro incierto.
A favor y en contra
Tras el drama para evitar la subida de impuestos masiva y retrasar dos meses los recortes, la publicación 'Business Insider' ha retomado este mes la idea, que ya tiene su propia petición ante la Casa Blanca y ha llegado al Congreso, donde varios republicanos están intentando impulsar una legislación para prohibir esta opción inédita en el mundo desarrollado moderno.
Ya hay anuncios a favor y en contra de la campaña cuyo eslogan es 'Mint the Coin' ("acuña la moneda"). Paul Krugman también apoya esta opción en un caso extremo. El presidente "tendrá que elegir entre dos alternativas: una que es absurda, pero benigna; la otra que es igual de absurda, pero maligna y desastrosa. La decisión debería ser obvia", escribe Krugman.
Phillip Diehl, que fue director de la Casa de la Moneda de EEUU, asegura que la opción es legal y no ve que pueda tener efectos económicos adversos. "Esto funciona como si fuera dinero extra de impuestos o pedir prestado más con un techo de deuda más alto. De hecho, cuando el techo se suba, el Tesoro vendería más bonos, el billón de dólares se quitaría de las cuentas y la moneda se fundiría", dice a 'Business Insider', abanderado de esta campaña.
Greg Walden, el republicano de Oregón que ha presentado una propuesta de ley para limitar el poder del Tesoro, se queja de que la idea es sólo una negación de la realidad. "Alguna gente no quiere reconocer la necesidad de reducir el gasto y equilibrar el presupuesto. Organizar un sistema para acuñar monedas de platino por un billón de dólares es absurdo y peligroso", asegura.
El debate se está acelerando mientras la próxima crisis fiscal se acerca. El Tesoro ya está cogiendo dinero prestado de los fondos públicos de pensiones para poder pagar sus deudas por encima del techo legal y calcula que no podrá seguir haciéndolo más allá del 15 de febrero.
El techo de deuda es una creación de 1917 que pretendía facilitar el uso de los fondos públicos en la Primera Guerra Mundial en lugar de depender de que el Congreso autorizara cada emisión de deuda.
Entre 1960 y agosto de 2011, este umbral se ha elevado 78 veces, 49 con presidentes republicanos y 29 con demócratas. La tensión de 2011, a punto de la suspensión de pagos, no es una excepción. En 2002, el acuerdo no llegó hasta después de que el Tesoro hubiera agotado sus triquiñuelas contables. En 1977, el Estado declaró la suspensión de pagos durante unas horas.
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