Tablon de Noticias hace 12 Años, 5 Meses
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Nadie quiere la deuda española:
Pese al rescate, los dos indicadores clave para medir el interés por la deuda pública española siguen en máximos. Nadie la quiere en el mercado secundario, el de la compraventa, lo que hace temer un vía crucis para la emisión de nuevos bonos del Tesoro que acerca a España peligrosamente a una intervención más profunda. No por falta de demanda, al menos si se atiende a la registada en la subasta de la semana pasada, sino por un altísimo coste que es a todas luces insostenible durante mucho tiempo.
El bono a diez años, considerado la referencia de la salud de la economía, marcó al cierre de la sesión bursátil de este martes un máximo de 6,71%. Es el nivel más alto desde que existe el euro. Sólo llegó a estar tan alto en 1997, dos años antes de que se inaugurase la unión económica y cinco antes de que circulasen por las calles españolas los primeros billetes y monedas de euro.
La prima de riesgo española, un indicador que mide la diferencia entre lo que le cuesta a Alemania refinanciar su deuda y lo que paga España, alcanzó los 528 puntos básicos al cierre, pero antes llegó a los 543, muy cerca de alcanzar una nueva marca inédita.
¿Por qué?
Por una parte, por la falta de concreción del plan de rescate para la banca. Desde el anuncio de rescate y hasta hoy mismo hubo declaraciones contradictorias sobre el tipo de interés, el impacto en el déficit o la supervisión del rescate. Y lo cierto es que, aparte de que hay voluntad de pedirlo y concederlo, todavía hay muchos interrogantes pendientes. e
Según el analista de Serenity Markets, José Luis Cárpatos, en declaraciones a Finanzas.com, "la falta de detalles del plan de rescate a España es peligrosa" y "la actitud de los políticos europeos rozó el desmadre" el lunes, el día (bursátil) después del rescate.
SIN EL BCE, CAMPA LA ESPECULACIÓN
Para David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales, la falta de detalles es un factor, pero hay otros, como las elecciones en Grecia y la posible victoria de Syriza, el partido que rechaza de plano las condiciones del rescate. Para él, es "sorprendente que también haya subido el riesgo en Francia y Alemania al tiempo que la bolsa española y las grandes empresas se mantienen". La explicación podría estar en la "especulación" y en la "falta de intervención del BCE, que debería estar cubriendo el lapso de tiempo que necesitan las decisiones políticas como la del sábado para hacer efecto", asegura en conversación con El HuffPost. ¿Estamos peor, ha pasado algo?, se pregunta el analista. "Lo cierto es que no. La decisión del sábado es realmente un paso en la buena dirección", sostiene.
La Comisión Europea eludió comentar el alto voltaje en los mercados y el Gobierno está convencido de que, sumando sus reformas y la concreción del rescate aún por llegar, podrá convencer a los inversores para invertir de nuevo en deuda pública.
Pero, ¿qué ocurre si el problema es mayor?
Según economistas de reconocido prestigio, el rescate bancario es sólo un parche. Entre otras cosas, porque se canaliza a través del Estado, afectará a la deuda y contribuye a hacer que los riesgos de la deuda privada (altísima en España por el sector inmobiliario) y pública (hasta ahora a raya, pero subiendo) parezcan indistintos. Por no hablar de la austeridad.
En opinión del Nobel Joseph Stiglitz, entrevistado en El Mundo por María Ramírez,
"Este rescate no supone ninguna solución a largo plazo [...] Entretanto, España sufre una depresión, el paro juvenil ronda el 50% y no hay una estrategia para recuperar el crecimiento. No se ha pensado una fórmula para que las cosas mejoren. Esto no es una solución para la crisis".
Para Paul de Grauwe, profesor de Economía la Universidad de Lovaina y entrevistado en La Vanguardia por Beatriz Navarro,
"La clave para España es que los problemas de sus bancos ahora están ligados a su deuda soberana. Y mientras ese lazo exista, va a estar en apuros [...] Es algo que al final se revuelve contra la economía y obliga a tomar más medidas de austeridad, con lo que el crecimiento cae y los problemas de los bancos se agravan. Ese es el círculo vicioso".
www.huffingtonpost.es/2012/06/12/nadie-q...tml?utm_hp_ref=spain
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javi.c
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Re: Tablon de Noticias hace 12 Años, 5 Meses
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¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
El principal objetivo del Gobierno Rajoy consistía en evitar la intervención exterior de la economía española. Fracasado ese intento, ahora se entra en una nueva fase política en la que la discusión está en el tipo de recate que la troika (Bruselas, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional) practicará. Como las tropas de un ejército en vísperas de un conflicto bélico, el tiempo de espera para resolver este asunto lo han pasado acuartelados los hoy abundantes centros oficiales de decisión económica en España. Nunca como hasta ahora ha estado tan disperso ese poder de decisión.
En primer lugar, el Ministerio de Economía (Luis de Guindos), que por primera vez en la historia de las crisis contemporáneas (los 51 bancos –el 50% del total existente-, 14 cajas de ahorro y 20 cooperativas de crédito caídos entre la segunda mitad de los años 70 y principios de los ochenta, la intervención del Banesto de Mario Conde y posterior venta al Santander) ha asumido directamente, sin apenas mediación del organismo supervisor, la nacionalización de entidades, el dinero público que se les entrega, la solución a los problemas relacionados con el crecimiento de los activos tóxicos inmobiliarios en el seno de los bancos y cajas de ahorro, la valoración de esa basura, el nombre de los nuevos gestores y el cese de los antiguos. Y lo ha hecho rodeado por los grandes banqueros (Botín, González, Fainé…) que le han servido de asesores: la zorra en el gallinero.
Segundo, un ministro de Hacienda (Cristóbal Montoro), cuyas intervenciones parlamentarias y declaraciones a los medios de comunicación hay que calificar al menos de patosas, siempre en un tempo distinto al de Guindos, y que todavía no ha pisado las salas de máquinas europeas en las que se está decidiendo el futuro de la economía española, que tanto afecta a su departamento (Presupuestos Generales del Estado).
En tercer lugar está la Oficina Económica de la Presidencia que es quien ostenta la secretaría de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, en el esquema ideado por su presidente, Mariano Rajoy. Es la primera vez que este cargo no está alojado en el Ministerio de Economía. Viajeros que han visto recientemente a su titular, Álvaro Nadal, cuentan que es en este último centro de poder (el que más influye en Rajoy) en el que más dudas se han expresado sobre el futuro del euro y donde más se ha debatido sobre las consecuencias del abandono de la moneda única por países como Grecia u otros.
Por último está el Banco de España, hasta ahora con gran prestigio institucional, que ha sido marginado, desacreditado y silenciado, sobre todo en la última y más importante fase de la crisis bancaria: la nacionalización de Bankia. Con un gobernador (Miguel Ángel Fernández Ordóñez) demediado por el ministro de Economía en la solución de las dificultades de la cuarta entidad financiera del país, y estigmatizado por los dirigentes del PP como el mejor culpable posible para intentar difuminar la responsabilidad de los gestores de Bankia, tan ligados a la historia del partido que gobierna (Rodrigo Rato, el autor del milagro económico de la era Aznar, y Miguel Blesa, el amigo del anterior presidente, que llegó a la cúpula de Bankia sólo por esa amistad, virgen de anteriores responsabilidades financieras) y de las comunidades autónomas más intervencionistas en algunas de las tropelías urbanísticas que han puesto contra las cuerdas a las dos mayores cajas de ahorro que conformaron el banco (Madrid, con Esperanza Aguirre, y la Comunidad Valenciana de Francisco Camps).
Tantos centros de decisión han multiplicado el tiempo perdido, las declaraciones contradictorias, los relatos paralelos y no siempre coincidentes, distintos modos de entender las soluciones, y ello ha afectado notablemente a la confianza de los mercados en el Gobierno español (notablemente deteriorada), puesta en cuestión su destreza técnica, y discutida la credibilidad de las cifras que se aportaban a Bruselas, lo que ha dado lugar a algo insólito: la privatización de las actividades supervisoras a la banca, encargadas a dos consultoras internacionales en detrimento del Banco de España. El nuevo gobernador, Luis Linde, lo tendrá que corregir con rapidez si no quiere cargar con el desánimo de sus funcionarios e inspectores.
¿Qué ha sucedido para que todo se deteriorara tanto?
Noviembre del año 2008: por primera vez un presidente de Gobierno español (Rodríguez Zapatero) asiste a la cumbre de mandatarios del G-20, y se codea con los Bush, Merkel… Ha sido invitado por Sarkozy pero su presencia la avala la que se consideraba una de las más eficaces regulaciones del sistema financiero. Precisamente como consecuencia de la crisis bancaria citada de los años setenta y ochenta, España se había dotado de una legislación y unas prácticas que en ese momento eran la envidia del mundo. El primer ministro británico, Gordon Brown, la alababa públicamente, y el hoy hipercrítico Wall Street Journal llevaba a su primera página la siguiente reflexión: el modelo español es el que hay que seguir para paliar la debacle motivada por la quiebra de Lehman Brothers y la nacionalización de una parte muy significativa de la banca americana, británica y alemana, entre otras.
Esta legislación acumulativa, producto de la experiencia de personas como Mariano Rubio, Luis Ángel Rojo, Aristóbulo de Juan, Ángel Madroñero, José Luis Nuñez –padre de Soledad Núñez, aspirante a subgobernadora-, etc. probablemente no contemplaba la posibilidad de un deterioro tan largo y profundo de la economía general, como el que se está sufriendo. Una crisis que ha exigido permanentes esfuerzos de recapitalización de los bancos, que ha deteriorado hasta el límite la calidad de sus activos inmobiliarios y empresariales, y que está haciendo crecer la morosidad general en porcentajes por encima de los dos dígitos
De todos estos factores, el que hasta ahora ha jugado un papel más determinante ha sido la explosión de una burbuja inmobiliaria que al menos duró una década: entre los años 1997 y 2007 la construcción creció al ritmo de un 5% anual. En esos años el parque de viviendas aumentó en 5,7 millones de casas, casi el 30% del total existente, y la revalorización del precio alcanzó un 191%. En 1998 la construcción suponía casi el 14% del empleo global en España, el doble que en Alemania y cinco puntos más que en el Reino Unido. Ese año, el Gobierno Aznar aprueba una ley del Suelo que multiplica la exuberancia irracional del sector de la edificación: todo el suelo se declara urbanizable salvo que esté expresamente prohibido. Se favorece un boom extraordinario de la construcción y de las compraventas relacionadas con la misma. Pero no en el sentido en que defendió el PP (aumentará el número de pisos y, por tanto, bajarán los precios de los mismos) sino en el especulativo: se adquirían viviendas no porque fuesen baratas sino porque eran caras y en el futuro lo iban a ser más. La especulación desencadenó la continua recalificación municipal de los terrenos, los ayuntamientos engordaron sus arcas, y algunos ediles encontraron el modo de llenar con facilidad y escaso control sus bolsillos particulares, como luego se ha comprobado. La responsabilidad del PSOE fue no pinchar esa burbuja y cabalgar —sobre todo en su primera legislatura— a lomos de la opulencia.
Los efectos de esa política económica y del modelo económico del ladrillo han llegado con retraso, pero con especial intensidad al corazón del sistema financiero. Como explica el economista Gonzalo Gil, que fue subgobernador del Banco de España y que ha escrito uno de los libros más notables y concretos sobre lo que pasa (La crisis, el eterno retorno, Marcial Pons), el fenómeno de creación de burbujas no es nada nuevo, está muy estudiado y generalmente se explica muy bien, pero a posteriori. Se trata de algo recurrente, cuya detección es muy difícil aun en el caso de que los supervisores, los reguladores y las entidades financieras desarrollen sus capacidades y obligaciones de manera solvente (cosa que no siempre ocurre). La diferencia en este caso respecto a los anteriores es que la explosión de la burbuja ha dado lugar a una crisis global y sistemática, que está afectando a los sistemas financieros y a las economías reales de todo el mundo. Conviene recordar estos orígenes en el tiempo del rescate.
economia.elpais.com/economia/2012/06/09/...39248836_720136.html
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javi.c
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Re: Tablon de Noticias hace 12 Años, 5 Meses
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Fitch rebaja la calificación de 18 entidades financieras españolas
Las consecuencias a la bajada de la nota de la deuda del Reino de España que Fitch realizó la pasada semana continúan. Si ayer la firma de calificación de riesgos rebajó la solvencia a Santander y BBVA dos escalones, además de a Mapfre, hoy es el turno del resto de entidades del sistema financiero español.
La agencia de calificación ha rebajado la deuda a largo plazo de 18 entidades financieras y la deuda a corto plazo de 15 de ellas. Esta nueva bajada deja a la misma altura la solvencia de España que entidades que tenían una calificación por encima del BBB que fijó la agencia para la deuda del Reino de España la pasada semana tras rebajarle tres escalones.
Fitch tiene en cuenta además las necesidades de capital que podría tener el sector financiero español para cumplir con los nuevos requisitos de capital, que se situarían entre 50.000 y 60.000 millones de euros y un máximo de 100.000 millones de euros en el peor escenario posible. Una cifra que se sitúa en línea con la petición que el pasado sábado realizó el Gobierno español a la UE para ayudar al sector financiero.
La entidad más castigada por esta nueva revisión de Fitch es Unicaja, cuya solvencia baja tres escalones, desde A- a BBB. Entre las entidades que ven su deuda rebajada dos escalones se sitúan Caixabank y La Caixa, que pasan de A- a BBB, dos escalones por encima de la categoría de bono basura. Pero, mantiene la solvencia de Banca Cívica en BBB.
Dos escalones baja también la solvencia de Kutxabank, de A- hasta BBB, al igual que Liberbank, que pasa de BBB+ a BBB-, o Grupo Cooperativo Cajamar, Cajamar Caja Rural, Caja Rural de Navarra o Cajasur.
La nota de Bankia la baja un escalón, de BBB+ a BBB con perspectiva negativa, mientras que deja sin cambios la solvencia de BFA, en BB, nota calificada ya de bono basura.
También rebaja de un escalón para Banco Popular. de BBB a BBB- con perspectiva negativa, al igual que a Sabadell o Banco Guipuzcoano, Banco Cooperativo Español, Banco Mare Nostrum (BMN) o la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), que pasa de BBB+ a BBB.
En la nota de Fitch se deja constancia de la elevada exposición de Banco Mare Nostrum y Liberbank al sector inmobiliario.
www.cincodias.com/articulo/mercados/fitc...0120612cdscdsmer_18/
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javi.c
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Re: Tablon de Noticias hace 12 Años, 5 Meses
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Ese bono a 10 años de casi un 7%, quien lo pillara para un depósito normal.
Lo malo es que tener 10 años parado el dinero, y encima como están las cosas, lo veo muy muy peligroso.
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