Las restructuraciones de los balances de las entidades de crédito provocan situaciones curiosas. Una de ellas es la del Banco Santander, que ganó más dinero el pasado año con sus 15 filiales situadas en paraísos fiscales que con las 1.714 oficinas de Banesto. Pese al buen rendimiento de sus negocios en territorios off shore, el grupo presidido por Emilio Botín va a cerrar este año seis de estas sociedades en estos emplazamientos.
Esas quince filiales aportaron 169 millones de euros al beneficio consolidado del grupo. Una cifra que, pese a suponer un descenso del 8,75% respecto al beneficio obtenido en 2010, fue superior a los 125 millones que ganó Banesto.
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