El Banco Central Europeo ha invertido desde agosto 46.000 millones de euros en la adquisición de deuda pública española en los mercados secundarios (la quinta parte de los 218.000 millones de euros destinados al finalizar 2011 a la compra de bonos soberanos de la eurozona).
La exposición a deuda griega le ha supuesto pérdidas de entre 20.000 y 25.000 millones; la portuguesa unos 5.000 millones, unos 3.000 millones la italiana, y la irlandesa 1.000 millones de euros. Por contra, en el caso de la deuda española, la institución obtendría una rentabilidad de unos 1.000 millones.
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