Walter Wuellenweber, el alemán, escribió la carta con título ‘Queridos griegos':
Un país que ha hecho alquimias con el euro y que en vez de hacer economía, hacen huelgas.
Se quejaba de que Alemania hubiera aportado más de 200 billones de euros a los fondos europeos, mientras que “ellos han recibido 100.000 millones”. “Son un ustedes los amigos más caros que tenemos”, asevera.
Georgios Psomas, el griego:
La culpa de la crisis de deuda griega es de “algunas grandes empresas alemanas, las que pagaron enormes cantidades de dinero a nuestros políticos por asegurarse contratos, para vendernos todo”.
Si “la cosa sigue así, no podré comprar más productos alemanes”. “Podemos vivir sin BMW, sin Mercedes, sin Opel o sin los productos Lidl”, añade. “¿Cómo se las van a arreglar con los desempleados que dejará esta situación que les obligue a bajar su calidad de vida, sus coches de lujo, sus vacaciones en el extranjero o las excursiones sexuales a Tailandia?”, se pregunta.
Además reclama las deudas históricas.
Fuente:
elconfidencial