De pelearse a codazos por tener un papel relevante en la Oferta Pública de Venta (OPV) de Loterías y Apuestas del Estado (LAE), a renegar de la mayor privatización de la historia de la bolsa española. Esa es la actitud que han tenido algunos bancos, liderados por Santander, con la colocación de la empresa que gestiona el Gordo y la Quiniela. El miércoles por la noche se negaron a vender todas las acciones que se habían comprometido a distribuir.
El Ministerio de Economía, LAE y su banco asesor, Rothschild, ya sabían desde la semana pasada que los bancos nacionales ponían pegas a colocar el 30% del ente público por al menos 7.000 millones de euros, por el elevado importe de la emisión y por las malas circunstancias del mercado. Pero los responsables de la OPV interpretaron esta presión como una estrategia de la banca para evitar que sus clientes invirtieran su dinero en las acciones de Loterías en lugar de suscribir las numerosas emisiones de
pagarés que se han puesto en circulación –Santander, BBVA, Bankia y Banesto- en los últimos quince días por 26.500 millones
Fuente:
elconfidencial