La TDT, la gran apuesta del Gobierno para digitalizar la televisión en España, supondrá una inversión de 1.000 millones de euros en diez años. Y lo peor es que todo ese dinero podría esfumarse. Según un documento interno de la empresa de satélites Astra, Bruselas aboga por la liberalización total del espectro radioeléctrico que actualmente ocupan los canales, lo que podría provocar a medio plazo la defunción de la tecnología promovida por el Ejecutivo. Todo apenas meses después de que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, celebrara a bombo y platillo el apagón analógico y proclamara que “la TDT es la televisión de todos”.
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elconfidencial