Ya se ha convertido en costumbre el que cada poco, Alemania nos obsequie con una nueva muestra de “afecto”.
En su momento ya se hicieron comentarios sobre nuestras ministras y sus vestuarios, restándoles profesionalidad y dándoles una imagen frívola.
El penúltimo regalito que nos hicieron se materializó en la crítica de la duración de nuestras vacaciones y edad de jubilación con la excusa de querer converger a unas características similares en la UE. Eso si, no hablaron de reducir el número de horas trabajadas ni de aumentar los sueldos para que se acercasen mas a los suyos. Si hubiesen hablado de eficiencia o competitividad. La crítica habría sido constructiva, pues tendrían toda la razón, pero una vez más suena a fijación y ataque.
Si todavía tuviésemos alguna duda sobre la animadversión que nos tienen, he reservado los hechos verdaderamente relevantes y perjudiciales tras los mencionados “entrantes” que podrían quedar en meros comentarios frívolos o manía infantil de colegio.
Y es que Alemania en plena crisis fue el mayor inversor (Deutsche Bank) con productos apalancados a la baja contra España. Es decir, querían que nuestra economía cayese y además con la inversión en si ya estaban creando tendencia para tal fin.
Por otro lado nos quisieron enterrar vivos cuando el Financial Times alemán confirmó el rescate de España, cosa que después de un año todavía no ha ocurrido y que posiblemente nunca ocurrirá. La economía mundial perdió más confianza en nuestra economía y esto se traduce en menor entrada de capital extranjero.
En esta misma línea se comenzó a utilizar el término PIGS (cerdo en inglés) que son las iniciales de Portugal ,Irlanda, Grecia y España (Spain). A parte de la palabreja en cuestión, relacionan a la economía española con economías que no son comparables. El PIB español es 6.5 veces el Irlandés y 4 veces la griega. No se puede comparar la fortaleza y capacidad de recuperación frente a la crisis de estas economías con España y una cosa es que el meternos en el mismo saco de economías europeas débiles sea un arma arrojadiza para los políticos y otra es que los economistas, Merkel y las agencias de rating lo digan como un hecho. Mas que nada porque en economía “la palabra se puede transformar en hecho” según quien lo diga. Y no es la primera vez que han tenido que pedir disculpas por estos hechos. Primero fue el ministro de economía alemán y después la propia Merkel los que se retractaron de sus graves palabras. Y es que como comentaba al comienzo de la exposición, ya son muy recurrentes este tipo de actuaciones.
Seguro que cuando empezabais a leer pensaríais “nos va a hablar de pepinos” y si, tenéis toda la razón, de pepinos va la cosa. ¿Pero a que ahora casi no importan los pepinos o no tanto después contemplar “el asunto” de forma global y en su conjunto,no? No en comparación de todo lo que llevan hecho. Esto es sólo una más. No pienso, no creo que lo hayan provocado. Eso ya sería demasiado, pero no han tenido ningún tipo de reparo en señalarnos con el dedo rápidamente sin demostración científica alguna.
Son alemanes, eficientes y listos…al menos es lo que nos venden y dicen, pero no han sabido(-querido) tener en cuenta el hecho de que la única pista o variable relacionada con los casos es “la localización” es decir, Hamburgo. El problema es el lugar y no el producto. ¿Por qué no ha pasado lo mismo con los pepinos en otros destinos? ¿ La soja también era española? No hay que ser muy listo para irse acercando a la solución del acertijo ¡Y menos si eres alemán!
Moraleja: Con la que nos está cayendo y a los agricultores españoles “se la han metido doblada” y a los transportistas…y en definitiva a todos nosotros. Y además al resto de agricultores europeos también les salpicará.
Hablaban de ayudas que nos iba a dar, aunque a eso se le llama indemnización y por muy cuantiosas que fuesen, arreglar el desaguisado no tiene precio. La imagen de marca de un país es una labor de esfuerzos, inversión y mucho tiempo, a todos los niveles y en todos los terrenos.
El gobierno parece que por una vez ha levantado un poco la voz a su hermano mayor europeo al que nadie dice “ni mu”. A ver si siguen así y a ver qué pasa con la indemnización que nos deben dar.
¿Y luego? luego a esperar cual es la próxima… la próxima de “nuestros queridos amigos los alemanes”