En España el gasto farmacéutico público ha caído un 15,92% respecto a 2011, mientras que el gasto de los consumidores no ha dejado de crecer debido a medidas como el copago o la exclusión de 400 medicamentos de la financiación pública.
El tiempo demuestra que las medidas tomadas en el campo del medicamento no solo no han traído un saneamiento significativo de las arcas del Estado, sino que además han perjudicado a los consumidores. En 2014 el gasto farmacéutico público volvió a subir ligeramente, tras años de descenso. Podría ser una buena noticia, si eso supusiera que es porque han desaparecido medidas como el copago o la retirada de medicamentos de la financiación pública. Pero eso no ha ocurrido.
El Sistema Nacional de Salud (SNS) cerró 2014 con un gasto en recetas de 9.362 millones de euros, 179 millones de euros más que en 2013, lo que supone una subida del 2%. A pesar de este repunte, lo cierto es que el acumulado entre 2011 y 2014 da un descenso del -15,92% del gasto que destina la Administración a la parte subvencionada de los medicamentos que se dispensan con receta en las farmacias.
El gasto vuelve a crecer tímidamente después del brutal recorte, pero las medidas que se aprobaron para reducirlo siguen vigentes. Así, hay que recordar que en 2012 se puso en marcha el copago en función de la renta de los usuarios (con aportaciones del 40, el 50 y hasta el 60% sobre el total del precio, según los casos), una medida que también afectó a los pensionistas. A esto se unió la exclusión de unos 400 medicamentos de la financiación pública, muchos de ellos a pesar de ser necesarios como tratamientos complementarios para enfermedades crónicas.
Cada vez más gasto para las familias
El efecto conjunto del copago y la exclusión de medicamentos del sistema público han tenido como consecuencia que los consumidores tengan que poner cada vez más de su bolsillo para compensar la rebaja en el nivel de gasto público. Y esto en un contexto en el que la población está cada vez más envejecida, lo que hace inevitable que cada vez más consumidores tengan mayor necesidad de medicamentos.
Según los datos más recientes al respecto, el esfuerzo por parte de las familias en gasto farmacéutico crece cada año más: el incremento fue del 10% en 2013 respecto al año anterior (el gasto total fue de 7.271 millones de euros) y dobla el incremento registrado en 2012, que fue del 4,7% con un gasto total de 6.891 millones. Las medidas que han recortado en gasto farmacéutico público no han hecho sino trasladar al bolsillo de los consumidores, ya muy maltrecho, un gasto más, y en este caso ineludible.
En este contexto, se hace necesario garantizar que todos los usuarios, en particular aquellos con menos recursos, puedan acceder sin problemas a los medicamentos que requiera su tratamiento y que los precios sean justos. La reciente movilización de los enfermos de Hepatitis C para tener acceso al costoso tratamiento, que puede erradicar el virus hasta en un 95% de los casos, demuestra que el gasto y el acceso farmacéutico se trata de un problema de primer orden.
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